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El arte no consiste en aplicar un canon de belleza sino en lo que el instinto y el cerebro sean capaces de concebir más allá de cualquier canon (Feijóo, 1962)
Como todos los contextos, el universo del arte cubano tiene un centro y un borde, lo cual implica también un adentro y un afuera. El proceso de jerarquización - desjerarquización de la cultura visual y la evolución del pensamiento crítico han corrido en paralelo a la comprensión de aquellos territorios que escapan a las normas legitimadas en determinadas circunstancias histórico-culturales. Ello ha favorecido y fomentado la reflexión no solo hacia lo diferente, el otro y la locura como un espacio creativo -abierto desde el siglo XIX, sino hacia la necesidad de asumir nuevos lenguajes dentro de los cánones de lo bello y lo identitario .[1] Sin embargo, la visibilidad de voces untrained, unschooled and uninfluenced by the art world desde la labor de las instituciones culturales cubanas ha sido históricamente, cuanto más, limitada. Asumir que el mapa cultural que conforma una nación se desplaza entre la llamada “alta cultura” y los márgenes de esa noción es entender que un país y su identidad son construcciones que existen solo en la capacidad para el cambio, la evolución y la inclusión. Los museos y las galerías siempre llegan tarde a la cultura, o al menos llegan después que el acto cultural que intentan legitimar. Una producción tan intricada como es la del Arte Naïf, el Art Brut y el Outsider Art siguen siendo ajena, en su mayoría -para no ser absolutos- a ese discurso en mayúsculas de lo que es el arte cubano contemporáneo, donde la intelectualidad y el arte conceptual, desde hace años (si no siempre) se han ubicado al centro del pulso cultural de la Isla. Los perímetros de estos géneros (Arte Naïf, Art Brut y Outsider Art) son ciertamente difíciles de definir y pertenecen al reino de lo imprevisto y lo inesperado, e incluso lo improbable; separados muchas veces de los modelos establecidos de lo bello, lo elevado o lo trascendente. Sin embargo, hay en estas producciones complicidades cada vez menos ocultas con el sistema arte internacional no en vano el Outsider Art se ha denominado "la cara oculta del arte contemporáneo".
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En Cuba, no obstante, el rescate y la valoración de las artes visuales y literarias creadas por individuos en los márgenes, han quedado históricamente en manos, con escasas excepciones de la “institución arte”, de iniciativas privadas, dispersas a lo largo y ancho de la Isla. Lo siguiente no pretende abarcar o sistematizar dichas iniciativas, solo es un breve intento de arrojar un poco de luz en la temporalidad del Arte Naïf, el Art Brut y el Outsider Art en Cuba desde la primeras mitads del siglo XX con el fin de contextualizar Periferias Volumen I, una serie de exposiciones que inauguramos con el trabajo de Samuel Riera, pionero en la reivindicación del Art Brut en Cuba, sin ser él mismo exponente del género. Con Periferias, Thomas Nickles Project aspira a expandir los límites, o al menos repensarlos, como quien se piensa a sí mismo, de lo que define el arte cubano contemporáneo, de los territorios en los que este se produce y de lo que llega a ser expuesto. Desde La Habana, pasando por un pueblo perdido de provincia, hasta a Sprawling Soviet-style public housing development in Alamar[2], creemos que es en esa región remota de las periferias y en esos espacios al límite donde la cultura también sucede.
[2] A seaside suburb east of Havana.
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Timeline of Art Naïf, Art Brut and Outsider Art in Cuba
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- Samuel Feijóo, escritor, investigador y folclorista desempeñó en la mitad del siglo XX una sólida labor desde los años 40 hasta inicios de los 80 de rescate y visibilidad de la cultura popular cubana. Feijóo creó en Cienfuegos, junto a Mateo Torriente, la Academia del Bejuco (Antecedente del movimiento artístico y literario Tarea al Sur), para luego liderar el grupo de Dibujantes y Pintores Populares de Las Villas, denominado con posterioridad Grupo Signos. Allí agrupó a creadores autodidactas de Villa Clara y Cienfuegos, con obras de imaginarios ingenuos, notable fantasía y desbordante capacidad inventiva. En su búsqueda de lo identitario, se focalizó en las temáticas populares, fundamentadas en la naturaleza cubana, los mitos, leyendas y costumbres campesinas. Fue colaborador y amigo del doctor Bernabé Ordaz, junto a quien organizó talleres de creación con pacientes del Hospital Psiquiátrico de La Habana de quienes curaría varias exposiciones en la galería y los pasillos de este recinto hospitalario. Gracias a su amistad e intercambio con Jean Dubuffet, realizó en 1983 una muestra colectiva en el Museo de Art Brut de Lausana, Suiza, con el título de Art Inventif á Cuba. Feijóo reconocía los puntos coincidentes del movimiento de Las Villas con el Art Brut; pero también insistía en establecer diferencias entre uno y otro. Siempre sostuvo la intención de mostrar el movimiento como un proyecto portador de la cultura popular en Cuba, y defendía a ultranza su originalidad estilística y singularidad folclórica.
- De igual modo, José Seoane Gallo, escritor, etnólogo, coleccionista y estudioso de las artes plásticas, trabajó desde finales de los 50 hasta inicios de los 60 con un grupo de creadores de Santa Clara sin formación académica, que después se sumaron en su mayoría al Grupo de Dibujantes y Pintores Populares de La Villas. Seoane también enfocaba su trabajo con estos artistas desde una perspectiva netamente popular, e incluso los motivaba a trabajar dentro de los parámetros donde se determina el Arte Naif.
- En 1991, Sandra Ceballos y Ezequiel Suárez curaron una muestra con una selección artistas marginales y marginados que expusieron sus obras junto a otros creadores legitimados por el sistema arte en Cuba, esta muestra se llamó, insolentemente: “Maestros de la pintura cubana” con palabras al catálogo por Orlando Hernández[1], la exposición fue auspiciada por el Centro de Artes Plásticas y Diseño de Luz y Oficios en La Habana; en ella las obras fueron colocadas todas juntas sin aislamientos o diferencias.
- Esta muestra fue el antecedente de los conceptos manejados posteriormente por el Espacio Aglutinador, vigentes en sus acciones hasta hoy (fragmento del manifiesto publicado en algunos catálogos del E. A.): "AGLUTINADOR”, se propone mostrar y difundir la obra de artistas cubanos de todas las sectas - estén vivos o muertos, residiendo dentro o fuera de Cuba, sean jóvenes o viejos, conocidos o desconocidos, promovidos o casi olvidados, modestos o pedantes- siempre y cuando tengan una calidad incontrastable, y sobre todo esa necesaria dosis de honestidad y desasosiego ante la creación propia del arte verdadero. Aglutinador es el espacio de arte independiente más antiguo de Cuba, fundado en 1994. Se encuentra en la modesta casa habanera de la artista Sandra Ceballos. Mantener abierta una galería gestionada por artistas es una hazaña extraordinaria en un país donde el Estado mantiene el monopolio de la gestión cultural.
- En 2012, Samuel Samuel Riera, graduado de la Academia de Bellas Artes San Alejandro donde ejerció como profesor de artes gráficas por 16 años inauguró Riera Studio: un lugar pequeño, muy alejado de la monumentalidad del Museo de Arte Universal y a poca distancia del grandioso complejo Plaza de la Revolución. Un año después comenzaría a trabajar en Art Brut Project Cuba, primer espacio enfocado exclusivamente en la investigación y promoción del Art Brut y Outsider Art en Cuba. En los primeros años del proyecto, se incorporó Derbis Campos, graduado de Bioquímica de la Universidad de La Habana inaugura quien por esa época comenzaba su inclinación hacia el arte y la fotografía. Sobre sus objetivos con este proyecto Samuel comenta: “lo hice con la intención de establecer una plataforma que reuniera artistas y visiones que estuvieran fueran del margen cultural imperante, no pretendemos establecer cánones o corrientes, si no de poder ayudar a visibilizar la obra de muchos creadores que por diferentes condiciones y desaciertos no son de interés para el sistema cultural”. Con una labor de una década, Art Brut Project Cuba mantiene un programa activo de talleres, residencias, exposiciones, centro de documentación y la colección más completa de Art Brut y Outsider Art cubanos.
- En julio de 2013, también se inauguraró en La Habana el primer Museo privado de Cuba, “MAM: Museo de Arte Maníaco”, con sede eventual en el Espacio Aglutinador. Sobre su programa los creadores establecen: “la denominación arte maníaco responde a una intención más abarcadora que su precursor el art brut creado por Jean Dubuffet, pues consideramos “arte maníaco” a toda obra que haya sido realizada por cualquier artista, sea graduado de escuela de arte o no, que se encuentre bajo presión psicológica (los que presenten desde psicopatologías ligeras hasta disfunciones mentales severas; también artistas con drásticas adicciones a diferentes narcóticos y sustancias tóxicas que hayan lacerado y modificado su autoestima, conducta y por ende distorsionado su percepción del YO y del medio en que viven) y que lo expresen sin pudor”
[1] Coleccionista e investigador del Art Brut de Cuba. Trabajó en el Museo Nacional de Arte Cubano hasta el año 1989 donde intentó organizar la sala permanente de Pintura y Dibujo Popular Cubano. Iniciativa aprobada, gracias a la lucidez de la entonces directora del museo Lucy Villegas, que nunca llegó a realizarse.
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The following artists have been part of Thomas Nickles Project since 2016.
They work at the limits, or outside of what is considered the mainstream of contemporary Cuban art.
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Abstract Figure, 2019
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Evolving Natura Drawing No. 11, 2020
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Abstract No. 1, 2018
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Peripheries: A series of exhibitions that examines the limits of what defines Contemporary Cuban Art
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