Ana Albertina Delgado Havana, Cuba, 1963
Con especial atención al papel de la mujer y su legado en la formación de los cimientos culturales de la sociedad, Ana Albertina Delgado investiga la interacción entre la tradición y los nuevos avances tecnológicos, explorando las huellas de la supervivencia humana y la evolución cultural. La obra de Delgado narra las transformaciones socioculturales actuales, incorporando la genética, los patrones migratorios, el análisis psicológico del comportamiento humano y la antropología, todo ello transmitido a través de la pintura. Su obra sirve de narración visual de estas dinámicas complejas y en constante evolución.
Nacida en La Habana, Cuba, en 1963, Ana Albertina Delgado se graduó en 1979 en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana, la más antigua de Cuba, y en 1983 en el Instituto Superior de Arte ISA de La Habana, Cuba. Delgado fue una figura destacada de la Generación de los Ochenta en Cuba, participando en numerosas exposiciones colectivas por todo el mundo, incluyendo Colombia, Venezuela, México, Finlandia, Alemania, Francia, España y Estados Unidos. En 1986, cofundó el grupo artístico "Puro" junto a cuatro colegas: José Buergo, Ciro Quintana, Ermy Tano y Lázaro Zaavedra. "Puro" contribuyó significativamente a la cultura cubana introduciendo conceptos estéticos innovadores, la creación de obras de arte en colaboración y temas de crítica social. La contribución específica de Delgado fue abordar los problemas de la mujer en la sociedad cubana, combinando empatía, maternidad y positividad social. Incorporó elementos de la cultura afrocubana y campesina evitando clichés y revitalizando los aspectos fantásticos de las culturas latina y caribeña, con un estrecho vínculo con la pintura moderna entrelazada con el mito, la creación y la muerte.
Un periodo fundamental en la trayectoria artística de Delgado fue su estancia de dos años en México, que enriqueció sus perspectivas artísticas al exponerla a conceptos y expresiones diferentes, alejados de su contexto cubano. Esta experiencia reforzó su aprecio por un mundo íntimo y femenino y por los elementos fantásticos de la cultura mexicana. En la década de 1990, la vida artística de Delgado en Estados Unidos le permitió conocer mejor el mercado del arte y los nuevos medios. Las colaboraciones con galerías como Genaro Ambrosino, Bernice Steinbaum y Carol Jazzar le abrieron las puertas a un nuevo contexto cultural. Su obra tiende puentes sin fisuras entre temas aparentemente inocentes e infantiles y el comentario social, reflejando siempre las facetas delicadas y robustas de la condición humana, explorando tanto el cuerpo como la mente.
La obra de Delgado forma parte de las colecciones del Smithsonian American Art Museum de Washington D.C., el Snite Museum of Art de la Universidad de Notre Dame, el Frost Art Museum de Florida, el Museum of Contemporary Art North Miami de Florida, el Museum of Art de Florida, el Museo de las Artes Universidad de Guadalajara de México, el Museo de Arte de Ponce de Puerto Rico y el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, Cuba.
Vive y trabaja en Fort Myers, Estados Unidos.